lunes, 11 de junio de 2007

Subir a la superficie

Despiertas, y te sientes en el fondo del denso océano, cuya presión te oprime contra él. Coño, cómo he llegado hasta aquí. Intentas subir. Pero ves que tus movimientos son inútiles, y que tus esfuerzos no son efectivos. Estás en la misma posición pero bastante más cansado. Y de repente te da por pensar, vaya, y para qué quiero subir. Y piensas en lo bonito que es vivir en la superficie, y lo que has dejado allí. Y lo vuelves a intentar, pero sigues sin avanzar. Y en vez de ir por la vía rápida, vas poco a poco, pensando cada paso, avanzando, sin gran velocidad, hasta que por fin sales a la superficie.

Pero, al llegar allí, ves que no hay nada a lo que aferrarse. Y tratas de nadar hacia algún sitio, pero todo es una inmensidad de agua. No hay nada sólido que te pueda mantener. No hay apoyos. Y las piernas desfallecen, vuelves a caer mientras pierdes la consciencia.

Despiertas, y te sientes en el fondo del denso océano, cuya presión te oprime contra él. Coño, cómo he llegado hasta aquí.

No hay comentarios: