sábado, 6 de octubre de 2007

Viaje a ninguna parte

Necesito un cambio de aires, me dije. Esto no me gusta, por lo que empecé a caminar sin mirar atrás. No me hacía falta voltearme, ya que todo lo que no quería ver estaba en mi cabeza. Y por todas esas cosas, jamás querría regresar.

Al irme alejando, mientras andaba, se iban difuminando los malos pensamientos del sitio que estaba abandonando, y proseguía mi huida, hasta que, a una distancia considerable conseguí superarlo todo. En ese momento avisté un sitio donde quedarme. Al llegar me di cuenta. Oh mierda, he llegado al sitio del cual trataba de huir todo este tiempo.