jueves, 28 de junio de 2007

Deseos que matan

Un buen día, reventó. Venía aguantando día tras día todo el dolor que se albergaba en su interior, pero hoy no pudo soportarlo más. Y todo ese dolor se concentró en una lágrima, solamente una, pero que dolió más que cualquier dolor físico que haya experimentado nadie jamás.

Fue tan doloroso que, nada más soltar la lágrima, se le apareció un hada, y le comunicó que le había causado mucha tristeza verle así, y le concedía un deseo. Podía haber pedido lo que hubiera querido. Pero se encontraba demasiado asqueado de lo que representaba su vida, y lo que se le ocurrió es desaparecer. Así que le hizo al hada que quería que le hiciera muy pequeño para eludir las miradas del resto de la gente. Y así lo hizo el hada, quien después de conceder el deseo desapareció.

El joven pensó que había conseguido lo que quería, que era desaparecer de sus problemas. Lamentablemente, así fue, ya que, cuando era pequeño, terminó de caer al suelo la lágrima derramada por él un instante antes, y le ahogó.

1 comentario:

Le Vixen Fatale dijo...

"También Dios está escondido en el océano de una gota de agua"
...

Cita ayurvédica

...

Saludos desde el lado podrido del Universo